1. Busca la sombra
Los rayos UV solares son más fuertes entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, así que debes tener cuidado con la exposición al sol durante estas horas. Aprovecha las sombras cuando los rayos UV sean más intensos, pero no olvides que los árboles, las sombrillas o los toldos no protegen totalmente contra la radiación solar.
Existen lesiones oculares por acúmulo de radiaciones UV como son el desarrollo temprano de unas cataratas o lesiones conjuntivales y retinianas.
2. Encuentra unas gafas de sol apropiadas
Las gafas de sol con un índice de protección del 99%-100% frente a los rayos IR, UVA y UVB reducen considerablemente los daños oculares debidos a la radiación solar.
Utiliza gafas de sol homologadas en la ciudad, mar y montaña. Y recuerda, no compres gafas de sol sin la garantía de un establecimiento acreditado.
3. Cuidado con el bronceado artificial
Evita las lámparas bronceadoras porque aumentan el riesgo de cáncer de la piel y pueden dañar los ojos si no se usa protección.
4. No te olvides de proteger los ojos de tus hijos
Proteje a los niños, suelen ser más vulnerables a los riesgos ambientales que los adultos. Cuando estén al aire libre, hay que protegerlos de la exposición a los rayos UV. Los bebés deben permanecer siempre a la sombra y existen gafas de sol homologadas de pequeño tamaño para nuestros bebés.
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